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Más allá, más allá

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                 Cuando era pequeña, mientras las demás niñas jugaban, yo me detenía absorta ante el milagro de una puesta de sol. Todo lo inmediato desaparecía y me sentía más allá del espacio y del tiempo, mi "yo" se diluía ante aquel ocaso que me engolosinaba con la promesa de tierras desconocidas, que me invitaba a viajar no sólo geográficamente sino a través de la Historia y del Mito. Porque más allá estaban aquellas civilizaciones, aquellos "horizontes" que ya había descubierto en mis libros: Mesopotamia, con sus reyes barbados y sus palacios azules adornados con leones; Egipto, con sus pirámides recortadas delante del sol, donde Ra viajaba con su barca solar recorriendo el día y la noche. Más allá, más allá yo sentía relumbrar las piedras del Partenón y los dioses manipulaban batallas entre griegos y troyanos.          Todo era posible más allá de ese horizonte, podía entender por qué los griegos ubicaban en Occidente, donde se ponía el sol las Co

Verracos geminados, guardianes del río Tajo

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       Si algo tiene de positivo un periodo de sequía, al menos desde el punto de vista arqueológico, es que emergen de las profundidades gran cantidad de vestigios sobre los que hay que actuar rápidamente para evitar los temidos expolios. Estos veranos intensos y calurosos han propiciado que los embalses hayan visto reducidos considerablemente sus niveles acuosos, es el caso del embalse de Valdecañas, en la provincia de Cáceres. Éste se construyó entre 1957 y 1965 sobre un tramo del río Tajo, dejando ocultos durante seis décadas importantes restos arqueológicos como el dólmen de Guadalperal. Así, en el término municipal de El Gordo, cercano a Peraleda de la Mata, la sequía permitió descubrir en 1921 un verraco geminado, es decir, un doble verraco. Dos figuras de suidos labradas en un solo bloque de granito que aparecen sin cabeza siendo uno de los animales representados de mayor tamaño que el otro.      No es el único verraco geminado que aparece en la región vettona, al menos en form

Tierra de verracos

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     He tardado en decidirme a escribir algo sobre los verracos, esas esculturas zoomorfas que identifican y demarcan geográficamente al pueblo vetton, grandes moles de piedra que parecen guardar silencio sobre los siglos transcurridos ante sus ojos ciegos.       No sabemos demasiado sobre ellos, de su presencia misteriosa y constante, y las teorías sobre su significado se suceden en el tiempo sin que ninguna nos acabe de satisfacer, ni siguiera los cronistas romanos, ni visigóticos, ni islámicos nos dejaron noticia de ellos. Hablamos de unas cuatrocientas esculturas realizadas en granito que suelen representar cerdos y toros machos, y también algún jabalí, sin contar los que aún quedan por aparecer. Suelen alcanzar entre uno y dos metros y medio de longitud y su origen podríamos remontarlo a influencias del sureste peninsular donde ya los fenicios esculpían figuras zoomorfas en arenisca o en caliza. Un claro problema a la hora de estudiar estas esculturas es el hecho de no haber apare

La "herba vettonica", la panacea de los vettones

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  La hierba vettonica, bettonica o betónica, fue utilizada desde la antigüedad con fines terapeúticos. Los romanos la conocen ya en el siglo I, así Plinio, en su "Historia Natural" la describe así: " Los vettones descubrieron en Hispania la hierba que es llamada vettonica en la Galia, en Italia serrátula, o entre los griegos Kestron o psicotrofon, muy alabada entre todas" y la describe con tallo angular de dos codos de altura, hojas con bordes de sierra y semilla color púrpura. Una vez secadas y trituradas las hojas, se usaban " para numerosos fines ", " a partir de ellas se elabora un vino y un vinagre muy beneficioso para el estómago y la vista". Dioscórides, en su obra "De materia medica", nos habla de la betónica, " la que se cría en lugares fríos (psykhotróphos)" la que los romanos llaman " vettonica " o rusmarina. Sus raíces, bebidas con hidromiel, "provocan el vómito de las flemas" , siendo buena c

Miraro Samaco Adualio, un dios entre las sombras

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         Delante de la puerta de entrada al recinto medieval de Granadilla, en Cáceres, apareció un ara votiva de granito que aludía a una divinidad indígena desconocida hasta entonces: "Miraro Samaco Adualio". Pero   los epigrafistas se encontraron con un serio problema, el granito es una piedra que, ante los cambios climáticos se vuelve frágil, se rompe, se deteriora con facilidad de forma que los aras de la región occidental de Hispania, casi todos de granito, son muy difíciles de interpretar y transcribir, pues desaparecen caracteres, parcial o totalmente, incluso líneas enteras del campo epigráfico.      Otro problema es la falta de aras con inscripciones iguales o parecidas con las cuales comparar los nombres de dioses, a veces, tenemos la sensación de que cada una de ellas contiene una dedicación a un dios diferente. Por una parte, eso nos permite pensar en la existencia de un extenso panteón religioso, pero a la vez, tal politeísmo lleva a confusión y división de opin

Navia, la diosa de los valles y las aguas

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La diosa Navia gozó de un culto muy extendido por todo el noroeste de la Península Ibérica, se han descubierto testimonios epigráficos y altares votivos dedicados a ella tanto en colinas y valles como en bosques y parajes vinculados a las aguas. Su nombre, Navia (o Nabia), es relacionado por bastantes autores con la raíz indoeuropea " naw ", de donde derivó " nawya ", valle o curso de agua, este término pervivió en el castellano como "nava". Fue J.L Melena quien sentó las bases para el conocimiento de esta divinidad, y quien por primera vez delimitó su territorio de culto que se distribuiría geográficamente por  Bracara Augusta (Braga, Portugal), Lucus Augusti (Lugo), Asturica Augusta (Astorga) y Emerita Augusta (Mérida). Tal extensión permite considerar a Navia la primera diosa supra-local conocida en todo el territorio noroccidental. La presencia del culto de Navia en la zona cacereña pudo ser producto de desplazamientos de población desde el norte

La "sauna" de Ulaca

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"De algunos pueblos que viven en las inmediaciones del Duero se dice que viven a la manera laconia, ungiéndose dos veces con grasa y bañándose de sudor, obtenido con piedras candentes, para a continuación hacerlo en agua fría y donde se toma, una vez al día, alimentos puros y sencillos..." Estrabón, Geografía. La interpretación de los testimonios arqueológicos es un tema muy delicado, nada es blanco o negro. Tras palos de ciego o teorías cuestionables, poco a poco vamos afinando propuestas que, si no son la verdad verdadera, se acercan cada vez más a una interpretación por lo menos lógica, coherente. Un ejemplo de este proceso es la investigación llevada a cabo en el castro de Ulaca, y en especial respecto a la llamada "sauna".   En el interior del oppidum de Ulaca, nuestro más importante castro vettón, nos topamos con una curiosa construcción semihipogea, es decir, parcialmente tallada en el interior de una gran roca de granito de planta rectangul